Conciencia Ecológica

10:24 Flor 0 Comments




Los seres humanos estamos infringiendo en nuestro planeta un daño cada vez mayor. La tierra cambia y puede que sea menos fuerte hoy que en el pasado. El calor del sol aumenta continuamente y al final pondrá en peligro la autorregulación de la que depende la vida. Hemos crecido en número hasta el punto de que nuestra presencia afecta al planeta como si fuéramos una enfermedad. Igual que en las enfermedades humanas hay 4 posibles resultados: destrucción de los organismos humanos que causan la enfermedad; infección crónica; destrucción del huésped; o simbiosis, es decir, el establecimiento de una relación perdurable mutuamente beneficiosa entre el huésped y el invasor. Si no cuidamos de la Tierra ella cuidara de sí misma haciendo que ya no seamos bienvenidos; con solo un suspiro el planeta en el que vivimos puede matar a decenas de miles de personas. La humanidad se enfrenta a su reto más difícil. Un desfío para el que la tradición humanista no la ha preperado. La aceleración del cambio climático acabará con el confortable entorno al que nos hemos adaptado.

El cambio es uan parte normal de la historia geológica. Lo inusual de la crisis venidera es que nosotros somos su causa. El gran sistema de la Tierra, Gaia, cuando, como en la actualidad, se halla en un periodo interglaciar, se encuentra atrapado en un círculo vicioso de respuesta positiva, lo que hace que el calentamiento global sea tan grave y apremiante. El calor extra, venga de la fuente que venga, se amplifica y sus consecuencias se multiplican. Es como si hubiéramos encendido un fuego para mantenernos calientes y le siguieramos echando leña sin darnos cuenta de que el fuego se ha extendido hasta los muebles y está fuera de control. Cuando eso sucede, hay muy pocas probabilidades de apagarlo antes de que se consuma la casa entera.

El calentamiento global, igual que un fuego, está acelerándose y ya casi no nos queda tiempo para reaccionar. ¿Por qué somos tan reacios a ver el enorme peligro al que se enfrenta nuestra civilización? ¿Qué nos impide darnos cuenta de que la fiebre del calentamiento global es real y grandísima y que puede que ya esté más allá de nuestra capacidad de control e incluso de la de la Tierra? Parece que rechazamos las pruebas de nuestro mundo está cambiando porque todavía somos carnivoros tribales; programados por nuestra herencia para considerar las demás cosas vivas básicamente como comida, y para que nuestra tribu nacional sea para nosotros más importante que cualquier otra cosa. Todavía nos resulta ajeno el concepto de que nosotros y el resto de la vida, desde las bacterias hasta las ballenas formamos parte de una entidad mucho mayor y más diversa: la Tierra viva.

0 comentarios: